El Teatro Colonial

El periodo comprendido entre el siglo XVI y XVII se destacaron dos dramaturgos, Fray Diego de Ocaña y Juan de Espinosa Medrano. El teatro de principios del siglo XVI y mediados del XVII se fundamenta en las crónicas y diarios escritos por los españoles. Fray Diego de Ocaña no escapó a este deleite de escribir y realizar una obra teatral.

A partir de la época colonial, el teatro se basó completamente en los modelos europeos. A finales del siglo XVII, destacó en México sor Juana Inés de la Cruz, autora de Los empeños de una casa, comedia de enredo con influencia calderoniana cuya acción transcurre en Madrid y con personajes típicos de las comedias de la época; Amor es más laberinto, en la cual recurre a personajes de la mitología griega y El cetro de José y El divino Narciso (1688), autos sacramentales en los cuales intervienen personajes mexicanos.

Varios años después de la independencia se reanuda una producción dramática digna de mención. Autores importantes de este periodo son Manuel Eduardo de Gorostiza (1789-1851) con su obra Contigo, pan y cebolla (c.1830), comedia en la que satiriza el sentimentalismo de los románticos, y Fernando Calderón (1809-1845) con A ninguna de las tres (1849), obra muy influida por el espíritu romántico del dramaturgo español Bretón de los Herreros.

Fray Diego de Ocaña nació en España en 1570. En el año 1588 se recibió como sacerdote y en 1599 llega al Nuevo Mundo. En 1600 se estableció en el Alto Perú. Fue allí donde escribió su obra de teatro Comedia de la Virgen de Guadalupe y sus milagros. Esta pieza teatral es de gran contenido religioso e histórico medievalista. Como tema central la imagen de la virgen en dos momentos históricos para España: la caída del Imperio español y la Conquista. Fray Diego de Ocaña llevo esta obra a las ciudades de Potosí y Chuquisaca. Se dirigía a Lima con intenciones de presentar el drama, pero se vio obligado a embarcarse a México donde murió en el año de 1608.

A mediados del siglo XVII el dramaturgo peruano José de Espinosa Medrano es reconocido en el campo literario. De origen indígena hizo sus estudios en España. El dominio de las lenguas Quechua y española lo condujeron hacia el éxito literario. Como escritor de prosa castellana sobresale su obra el Apologético, una obra de influencia gongorina. La Philosophia Tomística es un estudio filosófico escrito en 1662. En el campo teatral el autor escribió la comedia El amar su propia muerte, drama de estilo barroco con un argumento bíblico y conserva la influencia de Góngora y Calderón.

Aunque nacido en Taxco, México, Juan Ruiz de Alarcón realizó sus estudios y su trabajo en España. Escrita bajo una concepción moral a la manera griega clásica, su obra se diferencia de la de sus contemporáneos en una mayor meticulosidad en la preparación de la trama y los versos, así como en la aguda observación psicológica del carácter. En sus obras los vicios son condenados, a diferencia de las comedias de Lope de Vega, en las cuales el final feliz, a toda costa, es el fin perseguido. Sus personajes no son como los de Lope, derivados de las necesidades de la trama o simbólicos como los de Calderón de la Barca. Ruiz de Alarcón construye la acción a partir del carácter de los personajes, que sirve de impulso para proyectar el mundo interior y el mecanismo de cada obra. Entre sus obras más importantes están: Las paredes oyen (1628) y Ganar amigos (1634).

A principios del siglo XVIII surge una obra teatral que marca el fin del teatro colonial: El Entremés de Navidad. Es anónimo, pero algunos críticos literarios lo han atribuido a alguna de las monjas del Monasterio del Carmen. En esta composición se combina el lenguaje criollo y el Quechua. El drama esta escrito de una manera sencilla, clara y tiene como tema la alegría al nacimiento de Cristo. En el año 1828 el dramaturgo Guillermo Ugarte logro publicar y realizar esta obra bajo el titulo de Entremés de Huamanguino.